“CATEDRÁTICO EN AMORES”. PEPE YAGÜES

 

Resulta difícil desligar la obra de Pepe Yagües de una fábula de la vida narrada como secreción de circunstancias en la que percibimos al ser humano en sus desnudeces, al individuo que somos todos en el ritual cotidiano de nuestros deseos, de nuestros fantasmas o de nuestros sueños.

Entre la ironía y el humor, la obra de Yagües, tanto como su capacidad pluridisciplinar para tocar géneros más allá de la nomenclatura específica de escultura, funde la mirada de ésta con la pintura o con el grabado, con el diseño o con el dibujo.

Su fabulación se estructura en un lenguaje que implica lo paradójico y un sutil juego de palabras que alimenta una iconografía figurativa que rompe escalas y sintetiza, en una exquisita profundidad poética, la mitología clásica y el presente, el humor en clave Dadá de Hausmann o Ernst y la memoria que puede abrazar en el tiempo al minotauro picassiano y el frenesí sexual y dionisíaco de la danza de Matisse. Un Eros y un Tánatos que Yagües reinventa en términos borgianos, acudiendo al guiño popular y a la cita culta, al mito y a la jerga, al vértigo y al mundo de los sueños, al amor y al humor que subyacen en las nuevas posibilidades en una dilución de géneros que reúne los viejos materiales desde el hierro al papel, pasando por el aluminio, la nogalina, el mármol y el latón, la madera y el agua.