Emi Anrakuji nació en Tokio, Japón.

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Estudió pintura al óleo en la Universidad de Arte Musashino en Tokio.

Poco después de graduarse, le diagnosticaron un tumor cerebral que causó una grave degradación de su vista.

La enfermedad la obligó a abandonar su aspiración de convertirse en pintora profesional. En el transcurso de una recuperación de una década, un día descubrió que una cámara podía ser un reemplazo de sus ojos y comenzó a enseñarse fotografía en su cama de hospital.

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La obsesión de Anrakuji con el cuerpo humano es en parte el resultado de sus largos períodos pasados en el hospital.

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En su arte, Anrakuji es una alquimista de imágenes y un catalizador de ensueños y deseos.

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Es autora de monografías aclamadas por la crítica, incluyendo su obra más icónica, IPY y MISHO, que fue seleccionada como una de las finalistas en la categoría independiente del Premio al Libro de Fotografía Lucie en 2018.

 

El trabajo de Anrakuji continúa siendo exhibido y coleccionado en todo el mundo.

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