Tras la inauguración del Museo de Arte de São Paulo (MASP) el 8 de noviembre de 1968, diseñado por la ítalo-brasileña Lina Bo Bardi, las reseñas irrumpieron en los medios de comunicación con noticias halagüeñas y también muy críticas. Ante estos ataques la arquitecta se defendió posteriormente:

​

Yo no busqué la belleza, sino la libertad.

​

A pesar de que Lina Bo Bardi afirmó siempre con cierta ironía que su arquitectura era fea, su arquitectura es hermosa cuando se observa de otras maneras, no las tradicionales.

 

El trabajo de Luciana Levinton en la exposición Homenaje a Lina Bo Bardi prepara diversas aproximaciones a dichas formas de acercarse al trabajo bobardiano, que oscilan entre el rigor y la poesía.

La exposición trata un caleidoscopio de imágenes que nos sorprende primero, nos invita a indagar en la arquitectura a continuación y genera en nosotros una reflexión muy sugerente.

​

Homenaje a Lina Bo Bardi nos introduce, más allá de los objetos tectónicos, en los ambientes que éstos desencadenan. Las obras expuestas son atmósferas que avivan directamente nuestros sentidos a través de poéticos paisajes urbanos evanescentes y esfumados.

​

Levinton se aproxima al trabajo de Bo Bardi para compartirnos su sencillez que nos acerca a la realidad.

Lina Bo Bardi trabajó muchas formas de creación: arquitectura, museografía, labor editorial, teatro, cine… En esta exposición encontramos que estas formas se completan con dibujos radiográficos como la serie Masp, en la cual Levinton radiografía los espacios bobardianos e indaga en las estructuras más profundas de su arquitectura, revelándolas.

​

En esta exposición Luciana sitúa el trabajo bobardiano en los debates en torno a la arquitectura contemporánea y nos ofrece una serie de reflexiones. Luciana juega con ellas y, de manera insistente, suma una sucesión de manchas y de color situando una y otra vez las ventanas del SESC Pompeia y otras arquitecturas de Lina Bo Bardi sobre una selección no casual de artículos de la revista (de arquitectura) Summa: mancha y dibuja con la mancha, manchas que se suceden unas con otras, manchas definidas dentro del área acotada por la revista y sobre ellas, además, superpone estructuras, contrastes cromáticos, disoluciones, líneas y ciertos grafismos, de modo que el universo liberado por estos trabajos resulta sugerente y tentador.

​

Atmósferas, radiografías y manchas: la lectura de Homenaje a Lina Bo Bardi, es un vestigio que participa del pasado y del presente y alerta sobre la belleza de la obra de Lina Bo Bardi más allá de la actualidad.

​

Esta exposición pone en juego los elementos con los que trabaja Luciana Levinton, colores, líneas y texturas, entre los que trata de entablar un diálogo, un diálogo de libertad y belleza con el espectador.

Otro aspecto imprescindible en la muestra es el de la observación. Mirar y ver son dos cosas muy distintas. Mirar es observar, percatarse de algo. Ver significa interpretar y supone la capacidad de percibir, indagar y examinar. El trabajo de Bo Bardi hay que mirarlo y observarlo y Levinton en estas obras nos ayuda a percibir el mundo de Lina de manera distinta al resto, encontrando vínculos entre elementos inicialmente dispares y permitiéndonos descubrir que en la libertad estaba la belleza.

Mara Sánchez Llorens