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MEMENTO

Luis Quintero

7 mayo - 6 junio 2009

Calle Alameda 18, Madrid

Maeternidad

Maeternidad

2007, Bronce y mármoles, 41 x 19 x 22 cm

Maeternidad

Maeternidad

2005, Terracota polícroma, cemento hidráulico y mármol, 56 x 19 x 26 cm

La muerte por delante

La muerte por delante

2006, Terracota polícroma, madera, mármol y cemento hidráulico, 168 x 24 x 24 cm

P.U.T.A

P.U.T.A

2004, Terracota polícroma y madera, 33 x 39 cm

P.U.T.A

P.U.T.A

2004, Bronce, madera y cristal, 33 x 39 x 40 cm

Recordando a Magritte

Recordando a Magritte

2008, Terracota polícroma, cemento hidraúlico y mármol, 60 x 40 x 40 cm

Dog-man

Dog-man

1998, Terracota policroma, óleo y madera, 18,5 x 62 x 62 cm

El autosuficiente

El autosuficiente

2009, Terracota polícroma y madera, 24 x 24 x 48,5 cm

Eva

Eva

2008, Collage y grafito sobre papel, 28 x 36 cm

La expulsión del Paraíso

La expulsión del Paraíso

2009, Bronce polícromo, latón y madera, 20 x 53,5 x 53 cm

Ningún Animal Cambia Este Ritual (N.A.C.E.R.)

Ningún Animal Cambia Este Ritual (N.A.C.E.R.)

2006, Mármol y acero corten, 150 x 50 cm

Tú y yo

Tú y yo

2004, Bronce y acero corten, 100 x 100 cm

Edipo y la esfinge

Edipo y la esfinge

2006, Terracota policroma y madera, 90 x 76 x 25 cm

Bajo el título Memento” (en latín) Luis Quintero reúne en conjunto de su producción escultórica realizada entre 1998 y 2009.

 

Como viene siendo habitual en su trabajo, Luis Quintero presenta en esta ocasión una obra escultórica de tradición clásica y gran factura que hibrida diferentes materiales como el marfil, la madera, el bronce, la terracota, etc… Materiales que trata con oficio de artesano al servicio del conocimiento, principio fundamental en su obra. Un conocimiento que se identifica con la vida y que reside simbólicamente en la cabeza (receptor tanto del conocimiento como del alma humana) de ahí la importante presencia de esa parte tan significativa del cuerpo humano en la producción escultórica del artista gaditano. Ejemplo de ello son: Maeternidad, N.A.C.E.R, La Muerte por delante, Recordando a Magritte,  etc…

 

Quintero, del mismo modo, aborda con ironía y de forma implacable aspectos y actitudes humanas mediante fábulas y símbolos; este es el caso de Edipo y la Esfinge, Contraesopo, El iluso, Mesa para princesas, etc… Este empleo del lenguaje simbólico permite al artista una comunicación ingeniosa que invita al espectador a indagar en la obra buscando los vestigios de su significado, en muchas ocasiones polisémico, que convida a la reflexión y al detenimiento.

 

El empleo de acrósticos en un gran número de piezas otorga al artista la posibilidad de dotar de diferentes lecturas cada trabajo, mediante un sencillo y directo juego con quien se enfrenta a sus esculturas.

Esta mezcla de juego, ironía y referencias a otras fuentes de conocimiento como la ciencia, la religión, la poesía, etc… hace la obra de Luis Quintero atractiva y perturbadora, mordaz y contundente.

 

En palabras de F. M. Cano: “La obra de Luis no es transitoria, no habla del instante sino de leyes generales de un momento global, de lo válido para siempre. Es una obra meditada y meditativa. Sin pretericiones doctrinales pues nos acerca tanto al hallazgo definitivo como a la eterna duda.

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