Claudia fotografía la naturaleza desde hace años, pero no aquella que fue contemplada por los grandes paisajistas del pasado como Ansel Adams.

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Sus imágenes son desestabilizadoras, provocadoras, desafían al espectador enfrentándolo a un paisaje familiar que, paradójicamente, no reconoce.

 

Su proyecto de “rever” Rio registra lo que queda de verde en la densidad de este territorio.

 

En la serie de las Bibliotecas, la naturaleza pasa a ser su memoria y deja de ser concreta.

En otras imágenes de la serie Río de Janeiro: Paisaje Construido, surgen narrativas complejas, como la sugerida por la foto de la niña subiendo en un depósito de agua, que puede estar contando tanto una historia individual como sintetizar la trayectoria colectiva y subterránea de los grandes cerros cariocas.

El paisaje apocalíptico de un Rio que desaparece enterrado por edificios y chabolas refleja, de algún modo, el fin natural del mundo. La serie de las Bibliotecas, a su vez, es la expresión emblemática de este enfrentamiento.

 

Una visión atemorizante de una fotógrafa identificada con la causa ambiental e interesada en revelar la lucha entre hombre y naturaleza.